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Eventos y Fiestas

Historia de las ferias y fiestas de San Lucas

Durante años se pensó que la feria de San Lucas de Hoznayo era la más antigua de las anuales celebradas en Cantabria. Sin embargo, actualmente se sabe que la más antigua es la de San Pedro, en Potes (1379).
El origen de la feria de San Lucas se remonta al año 1521, gracias a un privilegio concedido por la Junta de Ávila. Desde entonces, se puede rastrear su historia y evolución desde el siglo XVIII, a través de documentos y, de manera especial, en los artículos de las publicaciones periódicas de los siglos XIX y XX.
La primera referencia la encontramos en un documento fechado en 1787, el cual ya nos informa sobre los principales rasgos de esta feria. Sobre la fecha de celebración de la misma, el día 18 de octubre de cada año – día de San Lucas – y su duración, de tres a cuatro días.

En segundo lugar, el emplazamiento donde tiene lugar la feria: “en los palacios que llaman de Oznayo, en donde se hace el mercado, sitos en el lugar de Término”. Por otro lado, alude al tipo de ganado que concurre a ella, que es el vacuno y, dentro de él, destaca la presencia de bueyes, de los que se llegan a realizar hasta 4.000 transacciones. La feria no se limita a la venta de ganados sino que, también, se verifica un gran mercado de productos agrícolas y artesanales.   
Tanto el emplazamiento como la duración de la misma se siguen conservando a mediados de la siguiente centuria, desarrollándose los días 18, 19 y 20 de octubre de cada año. Por aquel entonces, los participantes de la feria tenían que someterse al pago alcabalatorio; hecho que no ocurría en la feria mensual, que se celebraba en el mismo sitio los primeros jueves de cada mes.

Evolución de la feria de San Lucas

La feria va evolucionando orgánicamente para adaptarse y dar respuesta a las transformaciones económicas y sociales que se van produciendo a lo largo de los siglos. Esta evolución no sólo se traduce en los cambios en número y tipo de ejemplares presentados en la feria, sino también en la introducción de maquinaria agrícola – síntoma del avance de las técnicas y herramientas agrícolas a raíz de la mecanización del campo –, así como los cambios producidos en los artículos y productos puestos en venta en el mercado, los medios de transporte utilizados por romeros y ganaderos para acudir a la feria y romería, la variación de fechas y lugar de celebración y la pervivencia o variación de las tradiciones y costumbres entorno a la misma.

La feria de San Lucas a mediados del siglo XIX, a pesar de concurrir todas las especies de ganado, ya está especializada en caballar, mular y asnal. En estos mismos años, aparecen los primeros síntomas de crisis en la cría de este tipo de ganados, que se atribuye al elevado coste que exige su mantenimiento y a la multiplicación de líneas férreas, repercutiendo en la bajada de su cotización en el mercado.  Durante años se consideró, si no la más importante de Cantabria en este tipo de ganado, la segunda después de Reinosa y una de las más importantes del norte de España.
Durante los años sesenta del siglo XX es el momento en que, a causa de la mecanización del campo, empieza a disminuir la demanda de ganado de tiro. Sin embargo, parece que esta crisis ya se percibía desde el siglo anterior. Una de esas transformaciones que va a repercutir en la oferta y demanda del mercado pecuario es, precisamente, la introducción de la maquinaria agrícola y de automóviles dentro del mercado sanluqueño. Aunque se desconoce la fecha exacta de esta inclusión, se sabe que debió de producirse antes del año 1984.

El mercado
Los puestos ambulantes, las barracas y los bares o figones al aire libre, no faltaban en ninguna feria. En los primeros, se vendían toda clase de géneros y artículos: desde productos agrícolas, artesanos y de menaje para el hogar, hasta ganado menor, pasando por aperos de labranza y artículos ganaderos. En San Lucas, desde tiempo inmemorial, se trataba de un atractivo más de la celebración, entremezclándose con la feria de ganados y extendiendo su presencia a ambos lados de la carretera general, junto al ferial, y a la “plaza del mercado”, próxima al Palacio de los Acebedo. En 1882, se describía de la siguiente manera: “figuraos un París, en pequeño, tiendas de todas clases y colores, puestos de ropas, usadas y por usar, naranjeros, tomateros y varios establecimientos de a real y medio la pieza”.

La venta de algunos productos como las castañas, las nueces, las frutas y las verduras y quesos de la provincia (pasiego, lebaniego) ha permanecido invariable en el tiempo. Sin embargo, otros como los puestos de telas y el ganado menor (gallinas, gallos, pollos, cerdos) han reducido su presencia hasta desaparecer por completo del mercado. Típico de la feria de San Lucas son los productos típicamente otoñales como las castañas, las avellanas, los higos y las nueces. También las uvas, las rosquillas, las ristras de ajo y los calcetines. Por último, no podían faltar en una feria típicamente caballar, al igual que en la de San Mateo (Reinosa), los puestos de venta de artículos equinos (collarines, cabezadas, etc).

 

Duración
Las ferias y fiestas de San Lucas solían tener una duración de tres días, siendo habitual que correspondieran con los días 18, 19 y 20 de octubre. En el siglo XVIII la  feria de ganados duraba de tres a cuatro días, perdurando, al menos, hasta mediados del siglo XIX. Entre finales del siglo XIX y principios del XX se redujo a dos días y, con el paso de los años, se fue configurando el 19 como el día oficial de la feria de ganados. En el día anterior, normalmente, se solían realizar los preparativos de los festejos y tenían lugar los actos litúrgicos y lúdicos. Asimismo, una prolongación de esta feria anual era la “feriuca”, de ganado caballar, celebrada el primer jueves del mes de noviembre.

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